Microsoft ha sacado una herramienta para que hagas aplicaciones web sin que codifiques nada.
Cero código.
Dibujas cuadraditos, escribes letreros, arrastras unos botones aquí y allá y ¡pum! Aplicación web hecha. Flipante.
Habrá gente que piense que es el final de los desarrolladores web.
Hace poco también Microsoft publicó una inteligencia artificial que escribía código de programación guiándose por los comentarios que hiciera el usuario.
Por ejemplo, escribías “quiero un código que lea este Excel, reformule estas columnas de esta manera, haga una tabla dinámica con estas filas y columnas, y la guarde en un Excel nuevo en este otro sitio”. Y va la inteligencia artificial, y te hace el código. Flipante.
Hubo gente que sugirió que era el final de los data scientists.
Hay otra inteligencia artificial a la que le escribes algo y te lo dibuja. Con mazo de realismo.
Por ejemplo, “quiero un edificio con el tejado en el suelo y que caigan cascadas por las ventanas”. Y te lo dibuja xD Flipante.
Hubo gente que sugirió que era el final de los diseñadores gráficos.
A ver. Es que hay otra inteligencia de estas a la que le pones un texto y te lo continúa. Sea de lo que sea. La probé con el comienzo de obra de teatro y un poema. Y daba el pego.
Seguro que alguien pensó que supondría el final de los escritores.
Muy chulas estas herramientas. Con un simple comentario (en inglés), trabajos que se relacionan con perfiles muy técnicos, estudios específicos o mucho talento, quedan hechos es un pispás.
¿Sabes quiénes sacarán el mayor partido a esas herramientas?
Los que se dedican precisamente a esas tareas.
Si las usas, al principio alucinarás. Pero rápidamente tendrás la sensación de “¿Y ahora qué?”.
Te dan un primer paso. Te ayudan con el síndrome de la página en blanco (y del equivalente a cada sector). Pero luego necesitarás continuar el resultado.
Porque ni la herramienta web, ni el código que procesa datos, ni el diseño del edificio, ni el poema los podrás dar por terminados con un simple comentario (en inglés). Tendrás que afinar detalles. Muchos.
Es tecnología muy puntera, y muy útil. Pero no es suficiente para que todos nos podamos dedicar a todo.
Para sacarle partido a estas herramientas, necesitarás conocer también la herramienta a la que sustituye. Será la única forma en que puedas complementarlas y sacar el trabajo adelante.
Como te digo, una inteligencia artificial de Microsoft escribe código de programación. Por ejemplo, el que necesitas para procesar automáticamente los datos que procesas en Excel manualmente en tu día a día.
Pero para sacarle partido, tienes que conocer el código que ella te escribe.
Tengo una formación. No te escribirá código automáticamente. Pero te enseñará a que escribas el código que necesitas para tu trabajo diario con datos. Y, así, podrás identificar los cabos sueltos que deja la inteligencia artificial de Microsoft. Para que puedas arreglarlos.
Si quieres recibir correos como este, suscríbete aquí.