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Te gusta la caca y quizá no lo sepas

El alcohol es caca.

Parece una frase que se le dice a un niño pequeño para que se mantenga lejos del alcohol.

Pero no.

Es caca de verdad.

Caca de levadura.

Las levaduras son unos bichines* súper pequeños que comen azúcares diversos y cagan alcohol. Y dióxido de carbono.

*(No son bichines, son hongos unicelulares, pero ahora no me interesa eso).

Ese alcohol es el que te emborracha cuando bebes cerveza. Y ese dióxido de carbono es el gas.

Te comes las cacas de la levadura en la cerveza.

O sea, si te gusta la cerveza (o el pan, o el yogur, o cualquier alimento que dependa de una fermentación), entonces te gusta comer la caca de esos bichillos.

Conclusión del email de hoy: te gusta la caca…

¿O no?

En programación es inevitable generar caca, es decir, códigos que no sirven, pruebas que haces y se quedarán ahí en el olvido, bucles que rizan el rizo, que hacen complejo lo sencillo, que se usan como excusa para decir que R no es eficiente…

Insisto: es inevitable hacer caca.

En la vida real, ya lo sabes. Pero lo crucial aquí es que si programas, también.

Debes hacerla, o sea, haz códigos mal, que te sirvan para salir del paso. Deshechos.

Se llama deuda técnica.

Todos recurren a ella. Consiste en dedicar tiempo a final del proyecto a poner mono y ordenado lo que hiciste de mala manera porque ibas justo de fecha.

Y es clave que saldes esa deuda. Que limpies la caca, o que te la bebas y te emborraches, me da igual lo que hagas con ella.

Pero después de hacer caca, asegúrate de que el analista que venga después (que puede ser tu yo del futuro) no se encuentre con tu caca.

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