Un tal James Clear dice que no te pongas objetivos en la vida.
Más o menos.
Lo que dice es que lo importante son los sistemas, no las metas. ¿Qué quiere decir con esto?
Hay un ejemplo típico: adelgazar.
Mira.
Imagina que quieres perder 5 kilos. Te buscas una dieta de 1000 y pico calorías y confías en que unos meses esté hecho.
Pues pinta mal el asunto.
A ver, que igual adelgazas esos kilos. Pero aparte de pasarlo mal, quizá los recuperes en menos tiempo del que tardaste en perderlos.
Porque te habías puesto un objetivo (perder 5 kilos). Ya está. ¿Y cuando los pierdes, qué? ¿Vuelta a la rutina?
Necesitas un sistema para mantenerte ahí. Tienes que aprender a mantenerte sano de manera habitual. No vale adelgazar 5 kilos y luego volver a alimentarte a base de cañitas y tapas.
Si en lugar de proponerte adelgazar 5 kilos, cosa que será difícil, frustrante y quizá ni lo consigas, te propones una rutina diaria sana, con el tiempo serás capaz de mantenerte en un buen peso (no solo perder lo que te sobra).
¿Qué tiene que ver esto con aprender a programar?
Pues que si te matriculas en ese máster de Data Science de no sé qué escuela, o en un curso de Python, o asistes a aquel webinar de Introducción a la programación para analistas, es posible que una vez lo acabes vuelvas a tu rutina sin más.
En tal caso, la utilidad de lo que hayas cursado es nula.
Matrículate en el curso que veas. Pero es muy importante que metas la programación en tu rutina.
Responde a este correo y le damos una vuelta juntos.
P.D. En serio, matrículate en el curso que veas. Lo importante es que cuando termines el curso tengas claro que luego te toca continuar. Sin curso. En solitario. Eso no es fácil. Pero te ayudo si quieres. Escríbeme.